Reciente investigación concluyó que la disfunción renal aguda durante la internación predice malos resultados terapéuticos intrahospitalarios en pacientes con ACV hemorrágico e isquémico. 1
Snarska y col colectaron información de 766 pacientes con ACV; 637 (83.2 %) isquémicos, y 129, hemorrágicos. La creatinina sérica de los ACV que fallecieron durante la internación fue significativamente mayor que la de aquellos que sobrevivieron. En el análisis multivariado se observó que los predictores independientes de muerte en el ACV isquémico fueron: enfermedad cardíaca coronaria, diabetes, glucemia al ingreso y el clearance de creatinina; en el ACV hemorrágico, resultaron la edad y la glucemia al ingreso.
Concluyeron, que los paciente con injuria renal durante la internación, que en general estaba asociada a los estudios y tratamientos que utilizan medios de contraste, tendrían una mayor mortalidad intrahospitalaria. Esto debe obligar a ultimar medidas de prevención que disminuyan el riesgo de disfunción renal, como son una adecuada hidratación o evitar las drogas nefrotóxicas, por ejemplo, además de limitar en lo posible el empleo de contraste endovenoso, que deben estar incorporadas dentro de la estrategia diagnóstica y terapéutica de estos pacientes.
Comentarios
La injuria renal inducida por contraste (IRIC) es descripta como la disminución de la función renal asociada a la exposición intra-venosa o intra-arterial de sustancias iodadas, que ocurre entre el día 2 y día 5 pos-procedimiento. Las condiciones son un incremento de creatinina sérica ≥0.5 mg/dL o un aumento relativo ≥25% del valor basal.
La incidencia de la injuria renal en los pacientes sometidos a procedimientos terapéuticos endovasculares varía entre 2 y 25% dependiendo de la población tratada y número de procedimientos. 2,3 En un gran estudio de cohorte contemporario que utilizó el National Cardiovascular Data Registry (NCDR) CathPCI Registry, la incidencia de IRIC fue de 7.1%, y la incidencia de IRIC que requirió hemodiálisis fue 0.3%. 4
Los principales mecanismos responsables de la IRIC son: la vasoconstricción, la toxicidad tubular, la generación de especies reactivas de oxígeno y la hipoxia medular renal. 5,6 La única medida de protección de la IRIC, además de la reducción del número de procedimientos entre diagnósticos y terapéuticos, es la hidratación pre y pos-procedimiento. El estudio POSEIDON, realizado en pacientes con enfermedad coronaria que fueron tratados por vía endovascular, comprobó que la mejor estrategia de hidratación es aquella guiada por la determinación de la presión de fin de diástole ventricular izquierda (PFDVI). 7 Los pacientes con mayor PFDVI recibieron menor hidratación, mientras que los que presentaron baja DFDVI recibieron mayor hidratación.
En la práctica, los pacientes con buena función ventricular izquierda o sin signos ni síntomas de insuficiencia cardíaca podrán recibir buena hidratación parenteral, mientras que aquellos con cardiopatías o insuficiencia cardíaca, deberán reducir el aporte y recibir un mayor control cardiológico.